martes, octubre 21, 2008

Películas que deberías ver antes de cumplir los 40

Si una película tiene un diálogo así, entonces es que se trata de una obra maestra:

Reservoir Dogs (Quentin Tarantino)
1992

"Bien, yo os dire de que trata 'Like a Virgin'. Trata de una tia que es una maquina de follar. Por la mañana, al mediodia, por la tarde, por la noche. Polla, polla, polla, polla, polla, polla, polla, polla, polla. Entonces, un dia, ella conoce a este pajaro que es un tio increible, quiero decir que este tio es como Charles Bronson en "La gran evasion". Cava tuneles. Ahora ella se enfrenta a esta gran polla y siente algo que no habia sentido hace mucho. Dolor. ¡Dolor!. Le duele. No le deberia doler, el agujero debia estar bien abierto, pero cuando ese pajaro se la folla le duele. Le duele justo como si fuera la primera vez. El dolor le recuerda a cuando era virgen. De ahí, 'Like a virgin'."



Pulp Fiction (Quentin Tarantino)
1994

"¿Bien? ¿Que si estoy bien...? Estoy a mil jodidas millas de estar bien. ¿Y ahora qué? Voy a decirte lo que pasará.. Llamaré a un par de negros empapados en crack. Quiero que disequen a este colega empleando un soplete y un par de alicates. ¿Has apuntado lo que he dicho, maldito capullo? Aún no he acabado contigo, ¡ni lo sueñes! ¡Practicaremos el medievo con tu culo!"



El Club De La Lucha (David Fincher)
1999

"Quiero en el club de la lucha a los más fuertes y más listos de la zona. Veo mucho potencial, pero está desperdiciado. Toda una generación trabajando en gasolineras, sirviendo mesas, o siendo esclavos oficinistas. La publicidad nos hace desear coches y ropas, tenemos empleos que odiamos para comprar mierda que no necesitamos. Somos los hijos malditos de la historia, desarraigados y sin objetivos. No hemos sufrido una gran guerra, ni una depresión. Nuestra guerra es la guerra espiritual, nuestra gran depresión es nuestra vida. Crecimos con la televisión que nos hizo creer que algún día seriamos millonarios, dioses del cine o estrellas del rock, pero no lo seremos y poco a poco nos hemos dado cuenta y estamos, muy, muy cabreados."



Network, Un Mundo Implacable (Sidney Lumet)
1976

“¡Se ha entrometido con las fuerzas primitivas de la naturaleza, señor Beale, y yo no se lo tolero! ¿Está claro? Usted cree que solamente ha impedido un negocio, pero ese no es el caso. ¡Los árabes se han llevado millones de dólares de este país, y ahora tienen que reponerlos! ¡Es el flujo y reflujo, es el ritmo de las mareas, es un equilibrio ecológico...! Usted es un viejo que sólo piensa en términos de naciones y pueblos. ¡No existen naciones, no existen pueblos, no hay rusos, no hay árabes, no existen Terceros Mundos ni Occidente! Existe únicamente un Gran Sistema de Sistemas, un vasto y salvaje entretejido, intercalado, multivariable, multinacional dominio de dólares. Petrodólares, electrodólares, multidólares, marcos, yens, libras, francos y rublos. Es el Sistema Internacional Monetario, que determina la totalidad de la vida en este planeta. Ese el orden natural de las cosas de hoy día. ¡Esa es la estructura atómica y subatómica y universal que configura las cosas de hoy día! ¡Y usted se ha entrometido con las fuerzas primitivas de la Naturaleza! ¡Y usted debe repararlo! ¿Me entiende usted, señor Beale? Usted aparece en su pequeña pantalla de veintiuna pulgadas y grita sobre América y la Democracia. No existe América. No existe la Democracia. Sólo existe la IBM, la ITT, la AT&T, y Dupont, Down, Union Carbide y Exxon. Esas son las naciones del mundo hoy día. ¿De qué hablan los rusos en sus Consejos de Estado? ¿De Karl Marx? No. De sistemas de programación lineal, de teorías sobre estadística, de problemas económicos, y computan costos de sus transacciones e inversiones, como hacemos nosotros. Ya no vivimos en un mundo de naciones e ideologías, señor Beale. El mundo es... un colegio de corporaciones inexorablemente dirigido por los estatutos inmutables de los negocios. El mundo... es un negocio, señor Beale. Lo ha sido desde que el hombre salió arrastrándose del barro. Y nuestros hijos vivirán, señor Beale, para ver eso. Un mundo perfecto en el que no habrá guerra ni hambre, opresión ni brutalidad. Una vasta y ecuménica compañía asociada en la que todos los hombres trabajarán para servir a un beneficio común. En la que todos los hombres poseerán una cantidad de acciones. En la que se les cubrirán todas las necesidades, se les modelarán todas las ansiedades... y les divertirán para que no se aburran... Y le he elegido a usted, señor Beale, para predicar este Evangelio”.


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