miércoles, agosto 06, 2008

Amor en La Safor

Queridos amigos, como os prometí hace unos días, hoy volvemos a la carga con un episodio cumbre en el mundo de Las Letras, fechado en 1987.

Hablamos de un poema que podría perfectamente formar parte de "El Libro del Buen Amor" del mismísimo Arcipreste de Hita. Un poema que rompe con la estrofa alcaica, el serventesio y el tetrástofo monorrimo para entrar de motu propio en la Historia de la Literatura Española.

Un poema intemporal del que nos da su opinión su autor, nuestro querido Onasis El Bueno:

¡Y pensar que de esto me acuerdo y de la fórmula del
"ciclopentano perhidrofenantreno" sólo me sé el título!

Pero basta ya de palabrería. Sumerjámonos sin dilación y de pleno en el mundo de la lírica:

DE LOS PROBLEMAS DE AMOR EN LA PLAYA DE LA SAFOR

Princesa de mis entretelas:
Tus prietas carnes inhiben mi pensamiento
y entre tanto, en mí palpita
el instinto tan antiguo del placer concupiscente.

Pero lucho por ahogarlo y cada noche me ducho.
Y mientras me ducho pienso: ¿por qué lo tengo tan tieso?
Tieso no, corazón mio. Más que tieso, embravecido.
Y lo flagelo y fustigo, pues sólo así lo domino...

¡Viva el amor, vive Dios!
Y vivan las putas piedras que había en el espigón.
Y tu lengua viperina, que mi badajo lamió.
Y viva la puta vespa que, en volviendo, se pinchó
y pinchéte en el asiento sin recato ni pudor."

Ante tal aluvión de sentido y sensibilidad uno sólo puede quitarse el sombrero y solicitar a la R.A.E. que le concedan a este pionero del endecasílabo mediterráneo el sillón "P" mayúscula con el que poder Pinchar en propiedad sin recato ni pudor... MAESTRO!!